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Porque tú quebraste su pesado yugo,
la vara de su hombro
y el cetro de su opresor,
como en el día de Madián.
Porque todo calzado que lleva el guerrero
en el tumulto de la batalla
y todo manto revolcado en sangre,
serán quemados,
serán pasto del fuego.
Porque un niño nos ha nacido,
hijo nos ha sido dado,
y el principado sobre su hombro.
Se llamará su nombre
«Admirable consejero», «Dios fuerte»,
«Padre eterno», «Príncipe de paz».

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